Mi chaqueta marrón

13.07.2017

Y toda historia comienza con un sueño, una imagen mental que acunamos. De a poco le damos forma, la hacemos propia, y finalmente, le impartimos el soplo de vida.

Mi chaqueta marrón, la que hoy me acompaña a todas partes, tenía que ser única y manar de mis propias manos. Tenía que expresar aquello de lo que soy testigo, de lo que percibo, que aunque parezca estar afuera, no es más que un reflejo de lo que se cuece dentro...

¡El otoño fue inspirador! Con sus rojos, amarillos y marrones, mi pampa hermosa se va vistiendo y desvistiendo de sus colores uno a uno cuando entre la cada vez más traslúcida cortina atmosférica de abril, se perfila el casi grotesco dibujo de esa recta infinita que sin reparos y de una sola estocada, divide al paisaje en dos: ¡Azul cielo y tierra gris!

Dicen que es porque nuestro suelo es pobre, que el invierno es demasiado frío y el verano por demás caliente... Lo cierto es que ella quiso ser así... así de semidesierta, así de agreste, así de espinosa y sobreviviente. Estos son los pardos incrustados dentro que también, solapando hábilmente su hilachas, entretejen espirales de risotadas y apasionado frenesí zigzagueando entre destellos policromos.

No sé... no sé si se le puede pedir, a una chaqueta marrón tejida con linda lana, que cuente más cosas que las que se leen en su etiqueta. Pero digamos que sí se puede. Que puede contar mucho más que..."lavar a mano con agua fría". Que diga que cada pieza soñada, creada y vivida, es para el alma de quien la realiza, una extensión de sí misma; el instante de abrazo furtivo con su verdadera naturaleza cautiva. Y que diga finalmente que todo eso, con o sin premios y escaparates... ¡Eso es lo que realmente importa!


Robando colores al otoño 

Cuando aún no no teníamos la cardadora de lana en el taller, el proceso de cardado (apertura de la lana) y mezcla de colores lo realizábamos a mano apilando capas de vellón intercaladamente.

Ni tan gris, ni tan marrón... un poquito de cada uno

 Hilar dos cabos (una hebra de cada color) para tejer el color de base de la chaqueta.


Buscando la combinación perfecta

El contraste debería plasmarse no solo en los colores sino también en las texturas.

  


El placer de dejarse llevar hilando de manera creativa

Los matizados naranja, rojos y azules, hilados en forma irregular con nuditos, espirales y caracoles; resaltan sobre la base en tono marrón hilada de manera tradicional.


Hebras otoñales sobre el telar


¡Ahora sí! ¡A pasear oronda por placita Martín Fierro! (a pasitos de casa...)